tag:blogger.com,1999:blog-52054189130608744562024-03-21T19:03:32.249-07:00acapulcolamberti pasa sus días al solUnknownnoreply@blogger.comBlogger179125tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-36119310093666449202019-09-26T04:15:00.002-07:002019-09-26T04:15:31.803-07:00nos mudamos, ahora atendemos <a href="https://lucianolamberti.com/">acá</a>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-49779903567439168822019-02-02T11:13:00.001-08:002019-02-02T11:13:10.581-08:00<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">en marzo arranca el taller anual de narrativa en librería Aquilea</span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRgH4UBQdLBbtFLmyo7PVVYlN9Ap9CRkWJdnPAxxHG2HZEl_KKOcLnyTPu98dpd3LwYNzDDYmaYBRK9FXgL2O8tkhh_XpNjiALw4Txb3jTQOa4w8tNUD94Sm3NEMbK-qvjKVbdN14CEu3d/s1600/20190202_155122_0001.png" imageanchor="1"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRgH4UBQdLBbtFLmyo7PVVYlN9Ap9CRkWJdnPAxxHG2HZEl_KKOcLnyTPu98dpd3LwYNzDDYmaYBRK9FXgL2O8tkhh_XpNjiALw4Txb3jTQOa4w8tNUD94Sm3NEMbK-qvjKVbdN14CEu3d/s320/20190202_155122_0001.png" width="228" /></a></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-24396619950299680782018-03-02T06:27:00.003-08:002018-03-02T06:27:45.959-08:00<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Una madre maldita<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Por Sebastián Rodríguez Mora (publicado en Revista Crisis)<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Luciano Lamberti<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
casa de los eucaliptus <o:p></o:p></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Random House Mondadori <o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">2017<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">189 páginas<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El autor</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
A los 39 años,
Luciano Lamberti es un escritor cordobés con cinco libros publicados: un lejano
poemario, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">San Francisco</i>; una novela
en Random House Mondadori, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La maestra
rural</i>; tres libros de cuentos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
asesino de chanchos</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El loro que
podía adivinar el futuro</i> (los dos en editorial Nudista) y el reciente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de los eucaliptus</i>. Los 27
cuentos de Lamberti revelan un sistema narrativo en principio influido por Ray
Bradbury, Stephen King y Horacio Quiroga; sin embargo, es posible afirmar que
existe un método independiente en el cuento lambertiano. Se podría subrayar en
cada uno de los cuentos de Luciano Lamberti la oración precisa en que la
narración se pone rara, turbia. Oraciones, líneas, fronteras: elementos
centrales en el género terror, ecosistema en el que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de los eucaliptus</i> se cimienta. El lector de estos cuentos
nunca abre sus ojos adentro de la distorsión de lo real sino que debe cruzar
una línea -subrayar en la hoja del libro también es cruzar hacia otra forma de
leer, una transgresión infantil del blanco sagrado, la mácula perversa sobre el
carísimo papel argentino. Las revelaciones les ocurren a estos personajes
siempre después de cruzar una vía, una tranquera, un campo arado al borde la
pequeña ciudad de provincia. El cuento lambertiano obliga a cruzar para
recorrer, para entender y por sobre todo para tener miedo, para leer con morbo
como quien se tapa los ojos con las manos pero espía a través de los dedos.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El gancho</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El libro abre
con un cuento llamado “Los caminos internos”, donde un médico rural se pierde
hasta encontrar su pasado sin buscarlo. Y su pasado, como suele suceder, se lo
va a comer crudo. Esos caminos internos recorren el país, dice el narrador. Se
comunican entre sí para llevar el terror, el misterio y la noción más vasta de
lo inexplicable. Toda la obra lambertiana circula sobre la tríada de lo
inexplicable, lo inentendible y lo sagrado, lo cual puede resumirse en una
forma muy propia de entender la Naturaleza, lo dado, el destino. El
protagonista de esta narrativa es el interior del país que vemos desde Buenos
Aires como una sucesión de campo indistinto poblado por gente, animales y vegetación.
En “Santa”, último cuento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de
los eucaliptus</i>, leemos: “Quiero creer. Soy como ese personaje de Los
expedientes secretos X (...) Quiero recuperar mi inocencia, dejar de lado la
ironía y el cinismo que caracterizan a nuestra pobre época”. Un poco más adelante,
dice: “Esta es la historia de mi fracaso. Del misterio que no pude revelar. De
la fe que no alcancé. De los secretos que siguen siéndolo”. Lamberti no quiere
juzgar, no quiere desmentir a ese Interior; ante todo busca creer en lo mismo,
sintonizar, él también quiere cruzar y comprender desde adentro el milagro, la
maldad y todo lo que existe en el medio. El relato del horror, entonces, es el
intento trunco de acceder a la lógica vital de un territorio incomprensible. La
cacería del misterio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
¿Es un
territorio universal o estrictamente argentino? Un primer mérito de esta
literatura es que esa diferencia no tenga sentido. En una reciente entrevista
que ofreció en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infobae</i> Cultura,
Lamberti refería que esta cuestión ya está resumida en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Matadero</i> de Echeverría. El símbolo de la Naturaleza en este
libro es el eucalipto, que aparece por todos lados: rodean la casa a la que
hace referencia el nombre del cuento que también es título del libro, forman
parte del paisaje o bien ejercen una frontera, una línea. Un árbol común a todo
el interior lambertiano pone a ese territorio igual de predispuesto a la
tragedia. Nadie corta o quema un árbol, nadie agrede a la Naturaleza porque
ella es destino y ley superior. Es tan potente el destino que nadie se atreve a
desafiarlo. Y es una madre que solo quiere el mal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La hipótesis</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
“La casa de los
eucaliptus”, “Muñeca”, “Acapulco” y “Santa” tematizan la violencia
purificatoria, redentoria, y el ensañamiento contra lo femenino. La violencia
de género se explica (¿se explica?) como la dominación de lo sobrenatural sobre
sus perpetradores. Son cómplices los narradores mismos, a veces en la piel del
asesino o en la de amigos y conocidos de las víctimas, influidos por una
entidad externa. Los caminos intestinos de la violencia en el país narrativo de
Lamberti no tienen iluminación de autopista ni están señalizados, por lo tanto
responden a un orden de lo oscuramente natural. A los personajes no les queda
otra que asesinar mujeres por ejercer su sexualidad, a otros hombres por su
homosexualidad, a la propia madre por la monstruosidad de sus hijos; incluso en
“Santa” una conspiración cósmica de carácter divino se ensaña con una mujer y
la crucifica en vida. La violencia de género en estos cuentos se relata desde
lo sobrenatural porque es así como la vivimos: una aberración en superficie
inexplicable pero que en realidad se arraiga en los sustratos más hondos de la
cultura. Forzando un poco la lectura, la voluntad –ya citada más arriba– del
narrador del último cuento (que justo se hace llamar Luciano) pasa por
comprender cómo creen en lo sobrenatural estos habitantes en estado de
Naturaleza. Pero también puede ser pensado en sentido inverso. Quizás podamos
resumir la estrategia narrativa del siguiente modo: creer para comprender,
comprender para contar, contar no para evitar, sino para creer de otro modo. La
narración que permita comprender –sin justificar, desde ya– un femicidio en sus
motivaciones no pertenecería a la ficción en nuestra época inundada de sangre,
antes bien a la crónica periodista; Lamberti hace el camino –vale la
repetición: el camino <i style="mso-bidi-font-style: normal;">interno</i>– hacia
atrás, como un cronista de la narrativa que se habla de pueblo en pueblo. El
artificio de lo sobrenatural sirve para estremecer por inentendible lo que
precisa ser desnaturalizado. Narrando su naturalidad cotidiana, los episodios
de violencia de género se muestran horribles pero a la vez demandantes de una
solución razonada y originaria. Narrando desde adentro tal vez accedamos a
desnaturalizar la constricción espantosa de un aparente destino. Sutil y
peligrosa, la táctica de Lamberti pasa por habitar al monstruo y ser lo atroz,
aún cuando al final del trance solo tengamos las manos sucias y vacías de
moraleja.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El pifie</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ahora bien, ¿qué
ocurre cuando esa misma táctica ingresa de lleno al terreno de la política? Con
dos días de diferencia con respecto a la de Lamberti, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infobae</i> publicó una entrevista a César Aira en México –la primera
en décadas para un medio argentino. No hace falta aclarar la lejanía entre el
monje fumador de Flores y el cordobés, pero ambos coinciden en afirmar que no
se le pueden pedir peras políticas al olmo de la literatura. “La literatura no
tiene una injerencia social para nada, como en otra época uno se imaginaba que
la tenía”, dice Luciano y “La literatura no tiene función social. ¿Por qué se
le pide siempre eso a la literatura? ¿Acaso se le pide eso a la música? ¿Acaso
la música de Mozart tiene una función social?”, dice Aira.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Sin embargo, el
interior de Lamberti debe procesar cambios socioeconómicos reconocibles en la
historia argentina reciente, y se agarra de lo que tiene a mano, la lógica de
lo sobrenatural / naturalizado. Y las mediaciones y las exigencias ante lo
político parecen ser otras que las exigidas por lo monstruoso de la naturaleza.
En este plano, el paso del Lamberti no se luce tanto. Un episodio de “Acapulco”
es transparente: “Algo está pasando, dijo el Tunchi (...) Es el cierre de la
fábrica, dije. La gente está deprimida. No, yo creo que es otra cosa, dijo el
Tunchi. Yo creo que el pueblo está, no sé, maldecido”. El narrador afirma que
“no éramos chicos malos, o eso quiero creer”. Acto seguido, asesinan al
homosexual del pueblo en el que ven expresado al diablo, el origen de la
malaria. Años después, los asesinos concluyen que se equivocaron de víctima,
porque nada ha mejorado. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
En “El Espíritu
Eterno” la alegoría es aún más poderosa. Un nuevo presidente argentino, licuado
entre Macri y Massa y muy parecido al Hernán Blanco de Darín en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Cordillera</i>, descubre al asumir que los
destinos del país están invariablemente dirigidos mediante la comunicación
ciberespiritista con un ánima de lo nacional que habla a través del cuerpo
momificado de Perón. Sospecho que Aira no estaría en desacuerdo si decimos que
en territorio de lo absurdo es fácil acceder al humor. Lamberti parece buscar
el mismo efecto, la ironía oscura. Perón le habla al nuevo presidente: “Ahora
tengo que decirte el secreto. Es el secreto que saben todos los presidentes
argentinos. No se lo podés contar a nadie. ¿Estamos de acuerdo? Por supuesto,
decís. Acercate, hijo. Lo hacés (...) Sentís un bloque de hielo que crece en tu
estómago (...) ¿Siempre fue así?, le preguntás. Siempre, hijo, siempre.
Quisieras no haberlo oído, nada será igual de ahora en adelante”. En el secreto
que nunca sabremos anida el ansia, otra vez trunca, por resolver, por
desentrañar. Pero esto es el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">quid</i> de
lo político. ¿La literatura solo puede emularlo, en un juego de sombras o de ventriloquia?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El veredicto</b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de los eucaliptus</i> es un eslabón
más en la cadena genial que Luciano Lamberti forja con sus relatos. Esta
lectura se ensaña con conclusiones que exceden un aspecto muy genuino de sus
libros: producen la voracidad que en esta época solo ofrece Netflix. “El tío
Gabriel”, “La ventana”, “Los caminos internos” y “Vida de E.” pertenecen a esa
categoría, imprecisa pero presente en la cabeza de todo lector argentino, que
junta los cuentos redondos, dinámicos, terminados sin rebarbas. La –por ahora–
trilogía de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El asesino</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El loro </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casa de los eucaliptus</i> condensa, con sus diferencias de estilo y
recursos, un cúmulo de historias tan nacionales como a Borges le gustaría, es
decir, historias universales. El terror a lo inentendible, ahí su tema central,
es todavía el sentimiento que mejor nos recuerda de dónde venimos mientras
intentan convencernos de que avanzamos hacia el futuro. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-5904727851577466022017-10-13T04:32:00.002-07:002017-10-13T06:24:00.447-07:00<h2 style="background-color: white; border: 0px; clear: both; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 33px; font-stretch: inherit; line-height: 35px; margin: 10px 0px 15px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;">
LUCIANO LAMBERTI: "CREO QUE LA LITERATURA ES UNA ÉTICA DEL MAL"</h2>
<ul class="m_-6596054799697145684extra-info" style="background-color: white; border-bottom-color: rgb(0, 0, 0); border-bottom-style: solid; border-top-color: rgb(0, 0, 0); border-top-style: solid; border-width: 1px 0px; font-stretch: inherit; line-height: 16px; list-style: none; margin: 10px 0px 15px; padding: 10px 0px; vertical-align: baseline;">
<li style="border: 0px; clear: both; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: 18px; list-style: none; margin: 4px 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><ul class="m_-6596054799697145684gmail-clearfix" style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; list-style: none; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Entrevista en Télam (Dolores Pruneda)</ul>
</li>
</ul>
<div class="m_-6596054799697145684gmail-cable-content" id="m_-6596054799697145684gmail-div_cuerpo" style="background-color: white; border: 0px; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 17px; font-stretch: inherit; line-height: 23px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
El libro "La casa de los eucaliptus" reúne doce cuentos de horror de Luciano Lamberti, una mezcla de sangre, deformaciones psicológicas y terror metafísico que transcurre en pueblos pequeños y apacibles a simple vista, algunos marginales, ajando con cuidado morboso la tranquilidad de la siesta.<br />
Editado por Random House, este libro le llevó a Lamberti (Córdoba, 1977) cuatro años de trabajo. Lo escribió en los ratos libres que se hacía mientras preparaba la novela "La maestra rural", un poco en Córdoba y otro en Buenos Aires, ciudad en la que se instaló a partir de su paternidad, hace cerca de tres años.<br />
"El asesino de chanchos" y "El loro que podía adivinar el futuro" son sus otros dos celebrados libros de cuentos, donde Lamberti desarrolla el clima enrarecido que alcanza "La casa de los eucaliptus" pero sin tanta sangre: "El recurso del gore es una novedad en estos textos", le dice a Télam Lamberti, después de haber recorrido Parque Rivadavia buscando "la tienda dedicada a Stephen King" donde hubiera querido retratarse.<br />
Entre algunas de las invitaciones que Lamberti hace con esta nueva publicación a "un lector entregado pero no preparado y con ganas de entretenerse", están los hermanos monstruosos de "Muñeca", un homenaje o coletazo de lo que considera uno de los mejores cuentos de horror que haya leído, "La gallina degollada" de Horacio Quiroga; y también "Los chicos de la noche" y "Eddie", experiencias más cercanas al mal en estado puro, o "Carolina baila", un cuento de fantasmas.<br />
"Hay ciertos límites del género que tenés que correr porque el fantasma victoriano ya no da miedo. Me encanta la literatura popular, historias sencillas con todos los elementos para el entretenimiento: sexo, sangre, pasiones básicas. No toda la literatura debe girar en torno de grandes pensamientos y yo no escribo para un lector entrenado, sino para alguien que quiera pasarla bien, divertirse y, con la mejor de las suertes, que la próxima vez que vea un espejo o una casita a lo lejos tenga un poco de cagazo".<br />
Samanta Schweblin y Mariana Enríquez, con sus variantes, se inscriben en la literatura local contemporánea en una línea similar de lo extraño que practica Lamberti, quien encuentra climas sugerentes en los primeros cuentos de Julio Cortázar, en Edgar Allan Poe o el ambiente de pueblo donde creció. Nacido en San Francisco, Lamberti estudió Letras en Córdoba mientras daba clases y hacía la revista "Fe de ratas" con amigos como Federico Falco y Carlos Godoy, hoy escritores destacados, a inicios de la era de internet en Argentina. Con ellos debatía desde dónde tenía que pensarse la literatura en Córdoba.<br />
"Creíamos que debíamos pensar la literatura como Saer, escritores que laburaban el interior de una forma interesante. La otra literatura que nos convocaba era la norteamericana, siempre nos pareció que había ciertos puntos de contacto con el realismo de Raymond Carver o Richard Ford. Lo sentíamos cercano, completamente urbano pero con paisajes medio de borde, de estaciones de servicio hechas mierda, moteles, mucha ruta y personajes perdedores, gente que no tenía esperanza".<br />
- Télam: Esos márgenes se cuelan en la atmósfera de estos cuentos y de toda tu obra.<br />
- Luciano Lamberti: El barrio donde nací en San Francisco se llama Sarmiento pero le decían "La puñalada", así que imaginate los especímenes que lo habitaban. También le decían "Acapulco", por las palmeras del boulevard Sáenz Peña donde mis viejos tenían la carnicería. Era un barrio de frontera, cruzabas una calle y estabas del lado de Santa Fe. Ahí la policía crucificó a un chico joven porque robaba mucho, como escarmiento. Lo ataron a una cruz y lo dejaron ahí un rato. Lo quemaron en público, como a los morosos del privado. Esa zona no era para nada como los barrios céntricos. Desde ahí pienso las historias.<br />
- T: Los textos son muy diversos...<br />
- L.L: Es que escribo por separado, cada cuento impone un poco su forma, de acuerdo al tema. Me parece más divertido. "La casa de los eucaliptus" es "La gallina degollada" de Quiroga, uno de los mejores cuentos de terror que leí junto a "La pata de mono", de W. W. Jacobs. Pensé en qué cosas me daban miedo, fuera de la corrección política, y unos locos retrasados de cuarenta años en una casa abandonada me dan miedo. Para mí es la humanidad sin la ropa de la civilización lo que se expone en la locura, el impulso sádico desnudo.<br />
- T: ¿A qué le prestás atención cuando escribís?<br />
- L.L: A Quiroga, por ejemplo, que logra una gran impresión, te acordás de sus cuentos toda tu vida, y parece que logró ese estilo tan económico que tiene a partir de restricciones. A su consejo de ver qué quieren los personajes, a esa idea del cuento como universo cerrado y un tobogán que lleva todo hacia un punto, un lugar de mudez que a la vez abre un abanico de interpretaciones posibles.<br />
- T: Hay temas que parecen clave para el género: mandatos y estereotipos sociales, lo ancestral, la locura.<br />
- L.L: Me gustaría aludir a lo mitológico porque es el inconsciente colectivo, eso muy primitivo, la cosa sin nombre que vive bajo la cama, pero no sé si lo logro. Por otro lado, la locura es el gran tema del fantástico, que surgió como una forma de cuestionar lo real y juega con la idea de subjetividad. A mí me gusta meterme muy profundo en la cabeza de los personajes, como en "La casa de los eucaliptus", en el que seguí a la vocecita que me contaba el cuento, una señora con ramas en la cabeza que se sienta al lado mío cada vez que me pongo a escribir.<br />
- T: ¿Cómo entendés la literatura?<br />
- L.L: Creo que la literatura es una ética del mal. Te enseña que el mundo es una cagada, que hay pocos que están conscientes de eso y que no hace falta comportarse como dijo papá, sino que tenés que hacer lo que querés. Para la gilada es el mal porque está fuera de la norma, fuera de la ley. Es como dice Stephen King: hay un pueblo, todo está bien, vuelan las mariposas y de pronto aparece un monstruo. Eso es el mal, lo que está por fuera de la norma y con eso en los cuentos no hay vuelta.<br />
- T: En ningún cuento tuyo hay vuelta.<br />
- L.L: ¿Sino para qué vas a leerlo? El cuento es un punto de no retorno, cuando todo se caga ahí empieza, o termina, no hay vuelta atrás, sino sería una novela. La materia del cuento es lo que sucede una vez, lo extraordinario.<br />
- T: Al término "maricón" lo usás como insulto recurrente en el libro y hay un asesino que mata a las mujeres por "putas", pero antes las viola. ¿Son incorrecciones que forman parte de la receta del terror?<br />
- L.L: Lo moral está en el centro del terror y, en estos cuentos, dialoga con lo que pasa afuera, lo que leo en los diarios se mete en lo que escribo. Cuando se escribe terror hay que tocar las heridas que están frescas, ir a los puntos que sangran, a los discursos dolorosos de la actualidad, a esta cuestión de que cada vez que desaparece una chica se preguntan cómo estaba vestida o la muestran en un gesto que sugiere ligereza. Me gusta jugar con esta idea que está dando vueltas de que, de alguna forma, se lo merecen. Me parece que nombrarlo hace que uno empiece a discutir, con el pretexto de la literatura por ejemplo.</div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-54928107739878766252017-04-05T06:56:00.002-07:002017-04-05T06:56:31.450-07:00taller en Aquilea, arranca en abril, informes lucianojlamberti@gmail.com<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfYP247tpU8PqH1VoNyGw38HhPd__FQjYFzTlnEHRQGZw8fNVUL0W7eiuItrFJ5CoXTrEdmUAq4r1dvYRG-tlNm8ajRXWRaLYgHZlmIPkQudkAvZl5ueliVvXoYYLhwLUSk6CH5_-ChKIq/s1600/flyer+escritura+creativa+amor.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfYP247tpU8PqH1VoNyGw38HhPd__FQjYFzTlnEHRQGZw8fNVUL0W7eiuItrFJ5CoXTrEdmUAq4r1dvYRG-tlNm8ajRXWRaLYgHZlmIPkQudkAvZl5ueliVvXoYYLhwLUSk6CH5_-ChKIq/s320/flyer+escritura+creativa+amor.jpg" width="320" /></a><br />
<br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-79928589178365796772016-04-05T07:34:00.002-07:002016-04-05T07:34:31.660-07:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwUvwmCHE5GHpgHsLdo0nFnkrVsQnZ59itK_a8g4oy2uPCZXTc8gNTtTeNYOvxZEA79AoHI-ouYjuoTCz_W4rwKKzEEy85_SWKs0iFvC0Xbb7GpHEDwYYQkVOpPC0T5esEO0oRyyhL38jA/s1600/escritura+creativa+-+USUARIO.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwUvwmCHE5GHpgHsLdo0nFnkrVsQnZ59itK_a8g4oy2uPCZXTc8gNTtTeNYOvxZEA79AoHI-ouYjuoTCz_W4rwKKzEEy85_SWKs0iFvC0Xbb7GpHEDwYYQkVOpPC0T5esEO0oRyyhL38jA/s320/escritura+creativa+-+USUARIO.jpg" width="247" /></a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-15214278569571939142016-02-20T05:34:00.000-08:002016-02-20T05:34:44.477-08:00comming soon<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1DqOh853a1deGY1HfvsubOZ2IA2lQBf6VQ0OddnBx_UuoAQgTDKtkhHDQgCaVyX4FkVt_eD-XmMf61rqd3Zajc9imVndkI8DiGJj5VOBibptifQkXhz6NmEVV7pvwdY3HpMpu2nQK_oPi/s1600/tapa3+%25281%2529.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1DqOh853a1deGY1HfvsubOZ2IA2lQBf6VQ0OddnBx_UuoAQgTDKtkhHDQgCaVyX4FkVt_eD-XmMf61rqd3Zajc9imVndkI8DiGJj5VOBibptifQkXhz6NmEVV7pvwdY3HpMpu2nQK_oPi/s320/tapa3+%25281%2529.jpg" width="195" /></a>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-32326167321609767492015-10-27T05:42:00.000-07:002015-10-27T05:42:49.578-07:00<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/3JrmdhVjHIs" width="560"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-43545019429280038932015-03-13T13:18:00.001-07:002015-03-13T13:18:53.996-07:00<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Uw6TuwvE4RE" width="560"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-7580836975169439542015-03-11T13:27:00.004-07:002015-03-11T13:35:36.566-07:00<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Taller de escritura creativa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Docente: Luciano Lamberti*<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Consignas / lecturas de autores consagrados y de
ilustres desconocidos / técnicas de corrección / clínica grupal<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Comienza el martes 7 de abril en Librería Aquilea,
Corrientes 2008, Capital Federal<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Todos los martes de 18 a 20 horas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
informes: lucianojlamberti@gmail.com</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">*Luciano Lamberti es
escritor y licenciado en Letras. Ha publicado los libros de cuentos <i>El asesino de chanchos</i> y <i>El loro que podía adivinar el futuro</i>, la
nouvelle <i>Los campos magnéticos</i> y el
libro de poemas <i>San Francisco</i>.
Coordina talleres de escritura desde hace más de diez años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-91714685769827315702015-03-07T05:35:00.002-08:002015-03-07T12:02:59.908-08:00<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Amigos queridos (que vivan en Buenos Aires): en abril voy a comenzar un taller de escritura y corrección, los martes a las 18 hs en la librería Aquilea. Pronto más detalles.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, lucida grande, tahoma, verdana, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/E84OWq6z3IQ" width="420"></iframe></span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-70202582805320800632014-12-19T14:30:00.003-08:002014-12-19T14:30:57.065-08:00Viejas batallas<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sobre
<i>La poesía en el país de los monólogos
paralelos (Ensayos sobre poesía argentina contemporánea)</i>, Pablo Anadón,
Editorial Brujas, Córdoba, 2014.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Una década y media después, la
llamadaPoesía de los 90, ese fenómeno que no es sólo literario sino también social<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>, continúa siendo en gran parte un enigma. Más allá de
algunos planteos teóricos, como los de Anahí Mallol y Tamara Katmenzain, desde
lo lingüístico, desde su particular uso de la tradición, desde su ruptura con
el pasado, el movimiento, si es que puede llamarse así, es una liebre siempre
inquieta. Un estudio serio sobre el tema debería incluir la forma en que se
vestían esos poetas, la clase social de la que provenían, los tonos que
adoptaban al leer en público, la cantidad de lecturas por fin de semana, las
drogas que consumían y la indignación, indiferencia o inexplicable placer que
provocaban los cuadros con algodoncitos de Fernanda Laguna. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Es también el resultado de la proliferación de
tecnologías que permitían que cualquier persona con una computadora pudiera
diseñar, maquetar, imprimir y distribuir a mano sus pequeños libros. La
proliferación, por lo tanto, de pequeñas editoriales, con editores que también
eran autores, debería ser un ítem importante en esa especie de estallido social,
sobre todo de las más importantes como Vox, Siesta y especialmente Eloísa
Cartonera. Comandada por Cucurto, esta última era algo más que una editorial:
no sólo publicaba lo que debía leerse en ese momento, lo nuevo, lo peligroso;
no sólo incluía en su catálogo a algunos faros de la generación, como Aira y
Fogwill, sino que era además un proyecto social, que reflejaba las condiciones
objetivas del país en ese momento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Basta hojear algunos de los libros de esas
editoriales, entre otras, para descubrir que por último la llamada Poesía de
los 90, considerada en bloque, es mucho más diversa de lo que nos quieren hacer
creer. ¿Qué puntos de contacto podría haber entre <i>Puctum </i>de Martín Gambarotta con <i>Putina</i>
de Gabriela Bejerman, entre los poemas de Juan Desiderio y los de Silvio
Mattoni? Sus búsquedas son tan disímiles que lo único que los une, estaríamos
tentados de decir, es haberlas emprendido en los mismos años. Se procede
entonces a una simplificación, a un nivelar para abajo, considerando que todo
lo que se escribía en esa época era descuidado, espontáneo, más acorde a la
oralidad, lleno de referencias pop y sin el aura del verdadero arte, si es que
tal cosa existe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Contra tal clase de estereotipo está escrito <i>La poesía en el país de los monólogos
paralelos (Ensayos sobre poesía argentina contemporánea)</i>de Pablo Anadón,
recientemente publicado por Editorial Brujas.Dividido en tres partes, el libro
se toma ciento veintidós páginas para describir (con espanto) lo que considera
las últimas tendencias de la poesía argentina, y contraponerlo a un cannon
personal en la segunda parte en el que figuran autores como Enrique Banchs,
Borges o Wilcok. Una tercera parte, menos ruidosa, navega sobre las plácidas
aguas del problema de la traducción en la poesía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Verdadero militante de una poesía a la que
considera “verdadera”, el autor no duda en arrojar flecha tras flecha contra la
Poesía de los 90 considerada en bloque: el estereotipo descripto más arriba. El
problema es que la elusiva liebre del problema es corrida por derecha en estas
páginas, precisamente lo que necesita para volverse atractiva. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Lo que a Anadón le molesta, lo que descubre con
horror apenas llegado de su estancia en Italia, son las características
liberadoras de esta poesía en un sentido casi sexual de la palabra: 1. Su
interés periodístico por el presente, por la cotidianeidad, por su espacio
inmediato; 2. El uso del verso libre, un verso casi prosaico que es leído
precisamente como prosa; 3. Su transparencia, su referencialidad y la ausencia
casi total de recursos poéticos. Todas las características que sacaron en ese
momento a la poesía de un lugar inaccesible y la volvieron por todos y para
todos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Pero en el fondo lo que más molesta a Anadón, lo
que lleva a citar con una mezcla de furia y placer, poemas o fragmentos de
poemas de Alejandro Rubio, una de sus víctimas preferidas, es la supuesta
trivialidad de esta clase de poemas: su capacidad de hablar de cosas pequeñas
que no fueran pasadas previamente por el tamiz del pensamiento. Por supuesto
que también se rescatan algunos poetas, pero son siempre los que buscan su
acento en el pasado y la tradición: Carlos Schilling, Pedro Mairal o el hermano
de Anadón: Esteban Nicotra. La antología <i>Monstruos</i>,
curada por Arturo Carrera, y que incluía a una gran parte del establisment
literario de la época, es destrozada en bloque, cuando sus autores son, vistos
desde cerca, bastante disímiles entre sí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Estas consideraciones se oponen, como queda muy
claro, no sólo a la poesía del presente sino al presente mismo. Los mass media,
las redes sociales, la hiperconectividad (el mundo contemporáneo, para
abreviar) son los entes malignos que volverán superficial cualquier
manifestación artística de por sí, sin probabilidad de error. Gran parte de la
indignación del libro proviene del problema de la función social del poeta, que
para Anadón debería ser la de “un <i>loser</i>
que reivindicaba su condición de exiliado interno”, como si todo poeta no fuera
definitivamente un exiliado, como si toda la poesía no fuera una actividad
minoritaria y algo heroica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hay, por último, una arista geográfica del
problema: se evidencia especialmente en la polémica que Anadón establece con el
<i>Diario de Poesía</i>, por las
repercusiones de un artículo de su autoría aparecido <i>Fénix</i>, su propia revista. El razonamiento sería el siguiente: <i>Diario de Poesía</i> representa una
tradición poética alejada de la verdadera lírica, yo critico a los poetas de
esa tradición, y sin embargo no hay nada que quiera más que estar en el Diario
de Poesía: hay algo ahí del mismo orden que lleva a muchos supuestos militantes
del interior a querer figurar con desesperación en Buenos Aires, criticando a
los que figuran porque, básicamente, no son ellos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La estela que ha dejado tras de sí la Poesía de
los 90 es larga. Basta leer <i>30.30, poesía
argentina del siglo XXI</i>, publicada por la Editorial Municipal de Rosario,
que abarca 30 poetas menores de 30 años de todo el país, para comprender que
muchas de sus estéticas continúan abrevando, sino en la renovación que
significó aquel movimiento, en una cierta actitud de los poetas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Batallas como las de este libro, entre lo viejo
y lo nuevo, o lo verdadero y lo falso, se han librado desde que el arte es tal,
y podrían llevarnos a considerar a la poesía fuera de su aspecto formal, de los
recursos que utiliza o de la clase de verso que ejercita. La poesía es, más que
nada, un efecto en el lector: el de conmoverlo, el de iluminar una parte del
mundo o la experiencia antes vedados, y para eso cualquier instrumento es
válido, sea o no estudiado en la universidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-55274505921980479712014-06-04T20:58:00.001-07:002014-06-04T20:58:24.743-07:00<a href="http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2014/35960">covers literarios en eterna cadencia</a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-74366528667168042762014-04-27T18:34:00.001-07:002014-04-27T18:34:20.107-07:00<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.31999969482422px;">Hola, soy Idelsa, la asistenta personal del señor Luciano Lamberti. Mido 2 metros, peso 147 kilos, mis abuelos vinieron de Alemania. De ahora en más yo voy a hacerme cargo de sus redes, y de su vida toda. El señor Lamberti no tiene tiempo para nada porque está escribiendo todo el día, así que no lo molesten. Saludos.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-34128057355157093282014-03-05T14:15:00.001-08:002014-03-05T14:15:48.509-08:00<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 17.940000534057617px;">Queridos amigos de la internet: les recuerdo que el próximo martes 11 a las 18 hs en el hermoso Museo de la Mujer largamos el taller de escritura creativa temporada 2014. Es un taller inicial para escribir a partir de consignas y conocer escritores nuevos o raros, o repasar los clásicos de siempre. No se lo pierdan, sé de que les hablo, de mi taller salieron escritores, buenos lectores e incluso parejas que se mantienen hasta la actualidad, con hijos y todo. Los interesados pueden escribirme inbox o a lucianojlamberti@gmail.com Besos y lluvia de estrellas para todos y todas.</span>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-24131009054270203462014-02-24T09:45:00.002-08:002014-02-24T09:45:57.352-08:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMypXg6azbv_sPmmz-oh2fiL-ZmBUki8F_6nBSAmwCQTwwfmnc6ZQTar-FW8Sy0aDBt1OB_OKEPzS9kJ2vpHRytgt0PKOed12UkWUbx6tOgx-sGjGd1OVHRHRbE7XrP7gSvZiaFJQfPiGM/s1600/Imagen+350.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMypXg6azbv_sPmmz-oh2fiL-ZmBUki8F_6nBSAmwCQTwwfmnc6ZQTar-FW8Sy0aDBt1OB_OKEPzS9kJ2vpHRytgt0PKOed12UkWUbx6tOgx-sGjGd1OVHRHRbE7XrP7gSvZiaFJQfPiGM/s1600/Imagen+350.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Corrección online, cuentos, fragmentos de novela.<br />
Coordina: Luciano Lamberti.<br />
Informes: lucianojlamberti@gmail.comUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-82585619664918230342013-10-08T08:57:00.004-07:002013-10-08T08:57:57.203-07:00<a href="https://www.facebook.com/pages/El-loro-que-podia-adivinar-el-futuro/694329087245842">Esta página se genera automáticamente según los intereses de los usuarios de Facebook y no está afiliada ni respaldada por nadie asociado con el tema.</a><br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/Ww42OimlW5k" width="420"></iframe> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-47831573833721163232013-08-20T09:49:00.001-07:002013-08-20T09:49:32.572-07:00<a href="http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2013/30027">kit para el escritor bloqueado</a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-16968262171286908332013-08-13T06:24:00.002-07:002013-08-13T06:24:49.318-07:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCrUievFaDVainSeo3qzKkCZb_mcFW1THj2CQwHMqFkqAQnvttSlL1SQw7bNUcYVNGt1t4HmR-dPUWNweHO1Y1jYEapYZtJL0-Zbgro1mOgy9dE6msGz3y5yIAhaoJ4FvVNPT1I_vz3NAW/s1600/g43.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCrUievFaDVainSeo3qzKkCZb_mcFW1THj2CQwHMqFkqAQnvttSlL1SQw7bNUcYVNGt1t4HmR-dPUWNweHO1Y1jYEapYZtJL0-Zbgro1mOgy9dE6msGz3y5yIAhaoJ4FvVNPT1I_vz3NAW/s1600/g43.gif" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-31281280191796010292013-07-23T05:00:00.001-07:002013-07-23T05:00:57.696-07:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD5U8aYjexOZye9Tbokw7vY5w7waBwUWdahj_9WJqQ9T7XSOHOB58m62MNGP_5wpni3cEc2_Y7nJbaRAc4lCsy4Z0PwhjXGNc-ejNuqSbCbFJKZV7v4zb8qGytjL3SqXooJRngEdfU5kjM/s1600/taller+escritura+creativa+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD5U8aYjexOZye9Tbokw7vY5w7waBwUWdahj_9WJqQ9T7XSOHOB58m62MNGP_5wpni3cEc2_Y7nJbaRAc4lCsy4Z0PwhjXGNc-ejNuqSbCbFJKZV7v4zb8qGytjL3SqXooJRngEdfU5kjM/s320/taller+escritura+creativa+2.jpg" width="147" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-24958796521075464972013-07-11T14:38:00.006-07:002013-07-11T14:38:59.273-07:00<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<h2>
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Carta al padre</span></h2>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La muerte del padre es uno de esos temas que
generan una emoción casi obligatoria en el lector. No sólo por la existencia de
una tradición alrededor de este tópico (uno de los mejores exponentes es la
novela<i>La invención de la soledad</i>, de
Paul Auter) sino porque nos iguala en la comprensión de esas tragedias íntimas
y sencillas en relación con nuestros propios padres. Su figura tiene algo
atávico, mítico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> De esa pequeña tragedia da cuenta <i>Mi libro enterrado</i>, primera novela de
Mauro Libertella publicada por editorial Mansalva. Con la diferencia de que
aquí el padre no es un padre cualquiera sino también un escritor, uno de “los
raros” herméticos de la literatura argentina, y su muerte se convierte, además,
en un legado literario. El padre que le entrega la posta al hijo para que
continúe su obra, el hijo que transforma una obra difícil en una novela
sencilla, clara y honesta, que no disfraza ninguna emoción con literatura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Tampoco es cualquier agonía la que
recorremos junto al libro: es una agonía dramática, de alguien que se propone
firmemente la autodestrucción alcohólica y no ceja en su empeño. “Es lo que yo
llamo el derrumbe”, dice el narrador, tratando de encontrar forma en ese largo
suicidio, esa dejadez en la que el padre se interna suave y prolongadamente
para morir, signo de una perimida tradición beatnick que el hijo desprecia: la
borrachera “simpática” de aquellos años locos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> La enfermedad revierte las
relaciones: convierte al padre en el hijo desválido, al hijo en el padre sobre
el que pesa la gravitación de la muerte. Si <i>La
carta al padre</i> de Kafka consistía en un brillante y minucioso reproche, y
lo mismo la novela de Auster, en ésta no hay nada más que amor y ternura por el
padre que se va. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Pero la paternidad aquí no lo es
sólo por una contingencia biológica: también es paternidad literaria. A su
cargo queda la iniación del narrador en ese aspecto, a quien a los diez años le
lee el cuento “Los dos reyes y los dos laberintos”, de Borges. Hay algo de
fatalidad en esa escena: la del hijo que recibe la “condena” literaria; la del
padre que entrega su amor como el objeto más preciado. Inútil la resistencia a
continuar un camino preestablecido, la literatura terminará buscando al hijo y
siendo parte de su vida. Como también el instrumento con el que el hijo
pretende analizar la muerte de su padre, su vocación literaria, la relación que
los unía. En este sentido, el apellido es una carga que el hijo lleva como
ajena: cada vez que le dicen Libertella piensa en el otro, como si se hubieran
equivocado de persona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> Primer profesor de literatura, el
padre es también el primer crítico, al que hijo somete en sus textos más
jóvenes. La edad del padre al publicar (23 años) corre al hijo como un monstruo
en un pasillo: a la edad en que el padre estaba ganando su primer concurso, el
hijo está escribiendo su primer relato, que paradójicamente tiene a la muerte
del padre como protagonista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> <i>Mi
libro enterrado</i> es una novela íntima, casi una carta que leemos sobre el
hombro. También una narración plagada de hermosas imágenes que se graban a
fuego en la memoria. Hay una especial, por su gracia y su sensibilidad: el hijo
visita al padre en su departamento de escritor, y el padre le prepara para dormir una cama hecha de hojas
abolladas, los restos diurnos de su trabajo corrección. En esa imagen se cifra
la delicada belleza de esta primera novela.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-80469481188287554122013-06-21T07:54:00.001-07:002013-06-21T07:54:22.769-07:00<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b>Manual ilustrado para entender
a Estados Unidos<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b>(Publicado el jueves 20 en ciudad x)</b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Muchos fueron los
que intentaron definir a Norteamérica, y muchas las novelas que intentaban
decirlo todo sobre ese desmesurado país yconstituirse de una vez y para siempre
en la “gran novela americana”. En 1973, Kurt Vonnegut, que ya era un escritor
consumado y había cosechado el éxito de la impresionante <i>Matadero 5</i>, hizo la prueba una vez más. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
El resultado es
un libro lleno de violencia, consumismo desenfrenado, humor delirante y locura:
un espejo para el país de la época y, por qué no, para el actual. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Esta nueva
edición de ese clásico (con tapas una vez más de Liniers) comienza con un
prólogo donde el autor declara: “Este libro es el regalo que me hago a mí mísmo
al cumplir cincuenta años”. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En un gran sentido es, entonces, un libro íntimo,
casi un capricho de un viejo zorro que más sabe por viejo. Encontramos
nuevamente esa maravillosa voz a la que Vonnegut nos tiene acostumbrados,
telegráfica y excesiva a la vez, que vuelve con un sentido musical de la prosa
a los mismos ejes, como si Vonnegut cantara en vez de escribir, o como si sus
novelas fueran largos poemas con leitmotivs intercalados que regresan la acción
al comienzo.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Un escritor de ciencia ficción llamado Kilgore
Trout, que ya habíamos conocido en <i>Matadero
5</i>, se encuentra con Dwayne Hoover, multimillonario loco: ese es todo el
argumento de la novela, que narra con minuciosidad los momentos anteriores a la
cita, desde una mirada múltiple, de mosca, que se regodea en los detalles (hay
una lista por ejemplo de las medidas del pene de todos sus personajes,
incluyendo a un violador) sin perder de vista el Todo, el gran ruido de fondo
de la sociedad norteamericana. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero los personajes y el encuentro son nada más que
una excusa para elaborar esta especie de tratado delirante, mezcla de ensayo,
autobiografía y novela que es el libro. Como si tuviera que explicarle la
realidad a un niño o un extraterrestre, Vonnegut se regodea en insertar dibujos
de su propia mano para ilustrar nuevamente los conceptos más sencillos: un
cordero, una vaca, un revolver calibre 38, incluso un ano. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Alter ego del autor, Kilgore Trout es un escritor
viejo y fracasado que ha publicado más de doscientas novelas y miles de cuentos
en revistas baratas, pornográficas en su mayoría, y otro de los elementos que
se repiten en la novela son los argumentos de sus cuentos y novela, quizás
superiores a la propia ejecución. Todos repiten esa interpretación oblicua y
metafórica de la realidad que es la ciencia ficción, tratando de congelar en un
instante el Leviatán de Norteamérica: un planeta habitado por automóviles que
se reproducen con huevos, la carta de Dios a la única persona con libre
albredío, una isla donde todo el espacio estaba en manos de unos pocos y los
demás debían vivir colgados de globos. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En la otra esquina, el millonario excéntrico, a
punto de enloquecer y cometer una tontería con un revolver calibre 38. Su
esposa se ha suicidado tomando un raro veneno, su hijo es un homosexual que
toca el piano por dinero. Es, de alguna forma, el reverso perfecto de Kilgore
Trout, su contracara, pero donde otros pondrían un villano frío y calculador
Vonnegut pinta a su personaje como un viejo loco que se acuesta a jugar con su
perro. Todos sus personajes tienen su redención, que no se consigue a través de
un acto heroico sino de la mirada del narrador, que los comprende y a su modo
los ama.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Vonnegut, junto a Don DeLillo y Thomas Pynchon, es
el escritor profeta de un gran país enloquecido. Su tarea, la de gritar en las
peatonales con un cartel en el pecho, es siempre insuficiente y siempre
necesaria. Una de esos estrellas que aparecen una vez cada cien años y dejan
una marca en el imaginario, incluso quizás en los de aquellos que nunca se
permitieron el placer de leerlo.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-23637268704643850282013-06-20T11:55:00.001-07:002013-06-20T11:55:23.462-07:00te quiero amigo Tony, y me das miedo<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/G5J050upihY" width="560"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-53131743859938712732013-06-09T14:36:00.000-07:002013-06-09T14:36:02.636-07:00Semana Lamberti en la revista chilena 60 watts: <a href="http://60watts.cl/2013/05/entrevista-luciano-lamberti/">Entrevista</a>, <a href="http://60watts.cl/2013/05/entrevista-luciano-lamberti/">reseña </a>y <a href="http://60watts.cl/2013/05/cuento-lamberti/">cuento</a>. Tomá mate.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFo8OifoeGnHWBPNVtOJ7vm9pz_8zAMgtNfNjHkl_-JT21vig8dq_spwvBDRE_D1UjWs9MHy3XIQ9d3wznIm4-5JomnyxIm6us_lwOQIUBRbWBUMZbG-3_kgD-najx5cEr7lleHMCzq_tN/s1600/palatina2011025.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFo8OifoeGnHWBPNVtOJ7vm9pz_8zAMgtNfNjHkl_-JT21vig8dq_spwvBDRE_D1UjWs9MHy3XIQ9d3wznIm4-5JomnyxIm6us_lwOQIUBRbWBUMZbG-3_kgD-najx5cEr7lleHMCzq_tN/s320/palatina2011025.jpg" width="216" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5205418913060874456.post-19286702573972264072013-06-04T16:54:00.003-07:002013-06-04T16:54:27.696-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>El futuro llegó hace rato<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
En
su genial <i>Mientras escribo</i>, Stephen
King cuenta que muchas de sus obras provienen de una pregunta en condicional:
¿Y si...? Salem`s Lot, por ejemplo, traducido al español como <i>La hora del vampiro</i>, proviene de la
pregunta ¿Y si unos vampiros invadieran un pueblito de Nueva Inglaterra? Lo
mismo se le puede adjudicar a muchas de sus obras: provienen de una
posibilidad, que termina siendo la columna vertebral de la novela.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
En
<i>Los cuerpos del verano</i>, la primera
novela de Martín Felipe Castagnet, galardonada con un Premio la Joven
Literatura organizado en Francia, el método es el mismo. ¿Y si los muertos
pudieran volver con otro cuerpo?, es la pregunta que conforma su columna
vertebral, y a la vez la punta del ovillo para desenrollar la trama. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
La
misma, por otro lado, es simple: un hombre llamado Rama vuelve a existir en el
cuerpo de una mujer. Vuelve después de muchos años, con sus hijos y nietos ya
viejos, y algunas cuentas pendientes de su vida anterior. Esto le permite al
narrador desarrollar gradualmente un mundo, un universo propio y distópico que
–como toda la ciencia ficción contemporánea- algo le debe a James Ballard y a
Kurt Vonnegut y al Dios Tutelar Pilliph K. Dick, sin ceñirse estrechamente a
ninguno de ellos, porque es una novela con estilo propio. Además, logra lo que
pocos autores del género: que su ficción suene “argentina”, sin la necesidad de
que sus personajes escuchen tangos o tomen mates o se engullan un bife de
chorizo. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
Asistimos
al monólogo cansado y escéptico del protagonista, que tiene que aprender a
vivir con “un cuerpo gordo de mujer que nadie más quiere”, arrastrando una
batería consigo para lograr la subsistencia. El lenguaje de la novela es claro
y no incurre en la literatura: es decir, en la artificiosidad, en la “belleza”
deliberada. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Como toda excelente novela de
ciencia ficción, <i>Los cuerpos del verano</i>
trasciende la cuestión científica para preocuparse por dilemas relacionados a
cuestiones más centrales, incluso (¿puedo usar esta palabra?) universales. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
En
este sentido, el epígrafe de Stephen Hawking (“No hay cielo ni vida después de
la muerte para las computadoras obsoletas; ese es un cuento de hadas para la
gente que le teme a la oscuridad”) resume muy bien una de las preocupaciones
centrales de la novela: la preocupación por la identidad. ¿Somos nuestro
cuerpo? ¿Puede equipararse el cuerpo a una máquina? ¿Qué es eso que queda
“flotando” en la web luego de la muerte? ¿Se encuentran la consciencia o la
mente en algún lugar determinado de nuestro cuerpo? </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
Pero
el tema no se acota allí. La novela de Castagnet desenreda su ovillo en muchas
direcciones. Doy tres ejemplos: el protagonista es más joven que su hijo Teo,
que está arruinado por la ancianidad y a la manera de ciertos personajes de
Beckett es pura voz defectuosa. Hay traficantes de órganos en las villas
miseria capaces de vender un riñón a precio módico. Existen los “miembros
fantasmas”, en el caso del protagonista un literal miembro viril que se
despierta erecto (pero que no está más ahí). </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
Como
se ve, la novela mira al futuro con un ojo en el presente. Lo cierto es que
vivimos en el futuro, que si bien dista mucho de las representaciones robóticas
de los años 50, no por eso deja de ser aterrador. Es posible leer la novela
como una gran metáfora de la web, de nuestras identidades que “flotan” en el
hiperespacio, incluso de la figura del fake: la identidad falsa, el usurpador
de identidad. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Hace poco se dio a conocer
Avatar 2045, un proyecto para trasladar la consciencia humana primero a robots
y después a hologramas capaces de vivir para siempre. Las viejas concepciones
de cuerpo, de identidad e incluso de religión podrían ser subvertidas. Sus
mentores planean incluso formar un partido político: Revolución 2045. Lo que
plantea <i>Los cuerpos del verano</i> no es
el futuro: es el aquí y ahora.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com1